Isamu Kato, el japonés hincha de Boca que volvió para ver la semifinal de vuelta de la Copa Libertadores
El año pasado, fue a la Bombonera a ver la final contra River, pero el partido se suspendió por la lluvia y tuvo que regresar. Ahora, va por la revancha. El joven de 32 años viajó más de 18.000 kilómetros y 33 horas para ver la revancha vs River.

El año pasado, fue a la Bombonera a ver la final contra River, pero el partido se suspendió por la lluvia y tuvo que regresar. Ahora, va por la revancha. El joven de 32 años viajó más de 18.000 kilómetros y 33 horas para ver la revancha vs River.
Isamu Kato, tiene 38 años y es seguramente el japonés hincha de Boca más famoso del mundo. Su pasión se despertó en el año 2000, cuando el Xeneize (y él tenía 12 años) se enfrentó a Real Madrid en Tokio y se quedó con la Copa Intercontinental. Desde entonces viajó miles de kilómetros e incontables horas con la azul y oro puesta.
Aquel día, vio a Boca por televisión y se enamoró a primera vista. Pasaron 7 años hasta que pudo alentar al Xeneize en el Estadio: fue en 2007, cuando Boca jugó la semifinal del Mundial de Clubes y venció a Étoile du Sahel, de Túnez, por 1-0. En la final, días después, perdería 4-2 ante el Milan.
El año pasado, fue a la Bombonera a ver la final contra River, pero el partido se suspendió por la lluvia y se postergó para el día siguiente y Kato no pudo reprogramar el vuelo y tuvo que volver a Japón mientras el Superclásico se disputaba. Su rostro desconsolado en el aeropuerto se viralizó y se convirtió en el personaje más famoso que ahora, va por la revancha, esta noche a partir de las 21:30 verá la semifinal de vuelta de la Copa Libertadores.
En total, visitó 13 veces la Argentina y estuvo presente en cuatro partidos y "medio" en la Bombonera: en 2009, contra Deportivo Táchira; en 2011, ante Olimpo; en 2015, frente a Tigre, cuando el Xeneize se coronó campeón del torneo local; y en 2018, contra River, en la derrota por 2-0, en la Superliga.
En agosto de 2019, viajó a Bangkok, Tailandia, para alentar al equipo de futsal de Boca, en el Mundial de Clubes. A pesar de ser el único hincha en las tribunas, no dejó nunca de tocar el bombo y cantar.
Por la experiencia que tiene Kato puede describir muy bien la diferencia entre la Argentina y el país asiático: "Los japoneses son ordenados. Los trenes y los colectivos llegan a horario y en las calles no hay basura". Lo mismo sucede con el fútbol, que "se vive más tranquilo y sin violencia". Y remató: "Después de cada partido, limpiamos el estadio".
"Voy a estar cerca de La 12 (la barra brava xeneize)", contó en diálogo con TyC Sports quien pagó 2000 dólares por el pasaje y viajó 33 horas para poder ver este partido.
Para ganar y convertirse en finalista de la Copa Libertadores, Boca deberá ganar 3-0 o, por lo menos, conseguir una victoria 2-0 para poder ir a la definición por penales.