El Inter más "latino" de la historia llena el San Siro de lágrimas

Valentino Rossi "tuiteó" con un hilo de optimismo: "Pese a todo, siempre Forza Inter". Pero San Siro no dejaba de llorar después de la eliminación de los "nerazzurri" por el Marsella en los octavos de la Liga de Campeones.

Por una vez, un equipo italiano cae en los minutos de prolongación. Lo normal era lo contrario. Ese plus de suerte le faltó por completo al Inter, penalizado en la ida y en la vuelta por goles en el tiempo extra.

Más de 62.000 "tifosi" esperaban el martes en San Siro, uno de los grandes teatros del fútbol mundial, que el equipo más "latino" de su historia añadiera otra gesta al libro de oro del tres veces campeón de la Copa de Europa, popularmente conocida como "la orejona".

Allí formaron inicialmente los argentinos Walter Samuel, Javier Zanetti y Diego Milito, los brasileños Julio Cesar, Maicon y Lucio y el uruguayo Diego Forlán. Por si fueran pocos, en el segundo tiempo salió al campo Esteban Cambiasso.

El combinado de Claudio Ranieri hizo honor a la expectativas con el tanto de Diego Milito, que en el minuto 75 igualaba la eliminatoria, pero en el 92 llegó el jarro de agua fría del brasileño Brandao y cuatro minutos más tarde el del triunfo interista, que no servía para nada, al ejecutar Giampaolo Pazzini un penalti.

Se repitió la burla del destino de la ida cuando un tanto de cabeza del ghanés André Ayew en el 93 rompió a favor de los franceses la igualada a cero que tanto buscan los italianos, aunque se sienten más seguros con el 1-1 a domicilio para apostar en casa por el 0-0.

La prensa deportiva clama por un cambio total en un equipo que, con José Mourinho al timón, dominó la Liga de Campeones hace dos años, pero cuya plantilla está pagando el paso de los años.

Si se mira la alineación contra el Marsella, de los 15 jugadores que participaron en alguna fase del partido, 11 pasan de los 30 años, con Javier Zanetti de "abuelo", con 38, seguido de Iván Córdoba, con 35, Lucio, Samuel y Stankovic con 33.

Algo pasa en un equipo cuando el mejor del partido tiene 38 años. Claro que se trata del argentino Javier Zanetti, otro de los grandes futbolistas que ha encontrado el elixir de la eterna juventud. Una fórmula que, por supuesto, no revela a nadie.

"Comienzo a toda máquina, termina con la cabeza alta, demuestra que puede más que los otros, incluso a nivel mental", escribe "La Gazzetta dello sport".

De hecho Zanetti archivó rápidamente la eliminación y se puso a reflexionar sobre el siguiente reto: "Tenemos que pensar en el campeonato para acabar el año en las zonas altas de la clasificación". Incombustible el argentino.

El problema pasa ahora a Ranieri, ya muy criticado por los malos resultados ligueros, y al presidente del Inter, Massimo Moratti.

A este empresario del sector petrolero no le queda más remedio que prometer novedades. "Una idea sabia podría ser empezar a pensar en el futuro construyendo un equipo esencialmente joven", afirma Moratti, que advierte, sin embargo, que pueden surgir problemas si después de tres partidos "las cosas no funcionan".

Es el alma de un fútbol que persigue casi siempre el resultado, que teme los riesgos y que se alimenta de un historial de títulos que le confieren la etiqueta de potencia futbolística mundial.