Inglaterra dio el batacazo y eliminó a Nueva Zelanda en semis del Mundial de Rugby de Japón 2019

Inglaterra sorprendió a a Japón y el mundo al derrotar a Nueva Zelanda por 19-7 en la semifinal del mundial de rugby de Japón, donde aprovechó una buena defensa y los excesivos fallos de su rival, que llegaban una vez más como los favoritos a levantar el trofeo pero que dentro del campo fueron un equipo irreconocible y lo pagó caro en el choque disputado en Yokohama.

La primera mitad tuvo claro dominio de Inglaterra, eficaz en todas las facetas del juego, donde comenzó con furia a buscar el juego y en dos minutos ya habían anotado un try con una buena jugada en la que combinaron veloces pases hasta que Manu Tuilagi apoyó con conversión de Owen Farrell (7-0). Sin flaquesas ni ataques de los All Blacks, los británicos se volcaron en campo rival y llegaron a anotar un segundo try, aunque fue anulado por el árbitro debido a una obstrucción en ataque.

Finalmente, la primera parte terminó con un penal convertido George Ford que dejó el parcial en 10-0, lo que generaba la segunda vez en un mundial en que los neozelandeses se quedaban sin anotar en los 40 minutos iniciales. El dominio inglés continuó en el arranque de la segunda parte y se logró otra llegada a línea de try, tras un nuevo error en la entrega de los All Blacks. Sin embargo, el TMO anuló la jugada por adelantar la guinda en el maul de forma antirreglamentaria.

Con un penal de Ford para el 13 a 0, el partido estaba muy cuesta arriba para los neozelandeses, hasta que Ardie Savea aprovechó el único gran error de los británicos en defensa. En el saque lateral favorable a Inglaterra a pocos metros de la zona de try, el tercera línea anotó en el minuto 57, que junto a la conversión de Richie Mo'unga, dejó el marcador en 13-7.

Inglaterra, que había jugado un partido casi perfecto hasta entonces, demostró solidez en el juego y continuó en esa línea, mientras que la desesperación de los neozelandeses se traducía en infracciones que le costaron dos penales en contra convertidos por Ford en los minutos 63 y 69, y que ponían el resultado en 19-7.

Sin poder de reacción, el partido finalizó e Inglaterra le cortó a Nueva Zelanda una racha de 20 partidos consecutivos invicto en mundiales y además recortar el historial. Se habían enfrentado antes en 41 ocasiones, con 33 victorias para los oceánicos, siete para los ingleses y un empate. En campeonatos mundiales se habían cruzado en tres choques, todos ellos ganados por los All Blacks.

Con su victoria, la "Rosa" logró acceder a su cuarta final tras las que disputó en 1991 (con derrota ante Australia), 2003 (con victoria ante el mismo país) y 2007 (derrota ante Sudáfrica), siendo ahora el gran candidato al triunfo mientras espera por el ganador del duelo entre Gales y Sudáfrica.