Independiente le ganó el clásico a San Lorenzo por 2 a 1 y gana tranquilidad

Con los interinatos de Berón y Monarriz, los dos equipos se medían en Avellaneda necesitados de puntos para volver a meterse en la discusión de la Superliga, mientras terminan de definirse los futuros entrenadores, y sabían que lo único que importaba era el triunfo para salir de las rachas negativas en las que están inmerso. Pero para que pase eso, uno de los dos tenía que mostrar más de lo que había hecho en las fechas anteriores y fue el local

El local llegó tras el agónico empate de Unión y las polémicas arbitrales que lo perjudicaron, pero dejó todo afuera y demostró estar más vivió que nunca. Si bien no hubo tantas llegadas, la mas clara estuvo en los pies de Pablo Pérez y todo parecía dirigirse 0 a 0 al vestuario, hasta que se originó una buena jugada colectiva por izquierda, que terminó con el pase a Silvio Romero para marcar una vez más en el torneo.

Con el resultado a favor, Independiente se metió sólo a atrás y San Lorenzo aprovechó sus espacios. Óscar Romero encontró el empate tras un centro desde la izquierda y a los pocos minutos, Coloccini reventó el travesaño de un derechazo. Cuando ea paciencia de los hinchas llegaba a su final, Romero pisó el área, enganchó y Arias se llevó la pelota con la mano, para que Loustau cobre penal. De la ejecución se hizo cargo Romero y el goleador puso el 2 a 1.

En el final, tuvo las chances para estirar la cuenta y el ex Lanús pudo hacer su hat-trick, pero falló en las definiciones y Torrico evitó la caída de su arco. En el final, San Lorenzo lo fue a buscar, pero no pudo llevar peligro al arco de Campaña, pese a la lluvia de centros. Había tiempo para que el juego se pique en el cierre, donde se cruzaron Coloccini y Palacios, que vieron la roja directa.

Así, el "Rojo" ganó luego de tres partidos y suma 20 puntos, a cuatro de los líderes, pero tiene un partido pendiente ante Newell´s en Avellaneda. Además, cortó una racha de 13 años sin victorias ante San Lorenzo en el Libertadores de América, que parece ser un impulso. Del otro lado, la preocupación crece y ya son seis derrotas en siete juegos, lejos de toda pelea y complicado pensando en el futuro de los promedios.