Chelsea de Enzo Fernández no pudo con el colero y sigue afuera de los puestos de torneos internacionales

El equipo del campeón del mundo, Enzo Fernández, empató 2-2 con Sheffield United por la Premier League.

Foto: Twitter @ChelseaFC
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El equipo del campeón del mundo, Enzo Fernández, empató 2-2 con Sheffield United por la Premier League.

En la línea de una temporada mediocre, el Chelsea pinchó ante un rival menor como el Sheffield, último clasificado de la Premier League, que sacó los colores a los hombres de Mauricio Pochettino con un empate sobre la bocina (2-2) de McBurnie que comprometió las opciones europeas del conjunto londinense.

De nuevo, la irregular temporada del Chelsea volvió a lucir en la Premier League. Ni siquiera pudo con el Sheffield, prácticamente desahuciado y con pie y medio en la 'Championship'. No convenció y no dio una imagen solvente de la que ha carecido en casi todos los partidos que ha disputado este curso.

Los tantos de Thiago Silva y de Madueke se quedaron en nada con un golpeo a bocajarro de McBurnie en el minuto 93. Y la sexta plaza, que acariciaba con la yema de los dedos, se diluyó en apenas un segundo que evidenció las carencias de una defensa que concedió muchísimo durante todo el partido para terminar de ceder un empate que al Chelsea no le vale para mucho.

Y es que, el Sheffield, durante muchos tramos del partido, dio una sensación de superioridad alarmante ante un equipo necesitado de puntos para mantener sus posibilidades de acceder a una competición continental la próxima temporada.

A diez unidades de la salvación antes del inicio del choque, el Sheffield, durante el primer acto, apenas tuvo un despiste que le costó caro. En un córner lanzado por Gallagher, Thiago Silva, completamente libre de marca, hizo de volea el primer tanto del Chelsea.

Fue el único instante de felicidad en los 45 minutos iniciales para el conjunto londinense. Sólo habían pasado once minutos desde el pitido inicial y el Sheffield se desperezó rápidamente para acorralar al Chelsea durante el resto del acto inicial.

Mención especial para Hamer. El centrocampista neerlandés se echó a su equipo a las espaldas y dejó unos detalles de jugador merecedor de estar en un equipo de mayor categoría. Posee una visión de juego superior a la media y además es una buena escoba que no escatima en acumular kilómetros para equilibrar a su equipo.

Bajo su batuta, el Sheffield comenzó a acorralar al cuadro de Pochettino, que además se mostró fallón en defensa para conceder ocasiones absurdas que no acabaron mal de milagro. En una de ellas, Thiago Silva, con una mala cesión a Petrovic, estuvo a punto de provocar el empate. Sin embargo, Brereton Díaz, con la portería entera para él, se topó con la aparición de Chalobah en el último instante.

Su disparo chocó contra el defensor el Chelsea, que se salvó de un empate que llegaría muy poco después, a la media hora, gracias a Hamer. El medio neerlandés avisó con un disparo desde fuera del área que salvó Petrovic y seguidamente no perdonó con una asistencia descomunal a Bogle.

Hamer vio un agujero casi imperceptible para el resto de los mortales y rompió todas las líneas del Chelsea con un pase a su compañero, que apareció por la banda derecha como un ciclón. Después, con poco ángulo, engañó a Petrovic con un posible pase hacia atrás y tiró a portería para empatar un duelo que volvía a su casilla de salida.

El paso por vestuarios no cambió nada y el Sheffield siguió batallando. Fue a por el segundo y de nuevo, como no, Hamer, se encargó de inquietar a Petrovic con un intento desde fuera del área con el exterior de su pie derecho que rozó el palo de la meta del Chelsea.

Y entonces, cuando se rumiaba la tragedia para los jugadores de Pochettino, apareció Madueke para fusilar a Grbic en una aparición aislada. Inconsistente durante todo el choque, el extremo británico dio en la diana a falta de media hora para el final.

Pero no fue suficiente. El Chelsea, conformista con el 1-2, intentó aguantar sin éxito las acometidas de su rival. Y, al final, su conservadurismo tuvo premio para el Sheffield, que casi en el último suspiro, con la acción de McBurnie, evidenció la flaqueza defensiva de un equipo que pasó de acariciar Europa a colocarse a cinco puntos del United para comprometer sus opciones continentales.