Messi erró y Cueva también, pero la reacción de sus compañeros deja mucho para analizar

Lionel Messi erró un penal por Argentina y Christian Cueva hizo lo propio con Perú, pero la diferencia de reacciones en sus compañeros de equipo dice mucho de la diferencia de unión de grupo.

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Dos penales errados, dos reacciones distintas. Foto: Twitter
Dos penales errados, dos reacciones distintas. Foto: Twitter

Lionel Messi erró un penal por Argentina y Christian Cueva hizo lo propio con Perú, pero la diferencia de reacciones en sus compañeros de equipo dice mucho de la diferencia de unión de grupo.

Lionel Messi lamentó, tras el empate de la Selección Argentina contra Islandia 1-1, que le "duele haber errado el penal" que le habría dado la victoria a su equipo, pero que aún así la 'Albiceleste' "mereció ganar" y sigue "con las mismas ganas", por ello, Leo ya se concentra en el próximo encuentro que disputarán los nacionales ante Croacia.

Sin embargo, 'La Pulga' no fue el único que erró un penal en la jornada del sábado, ya que Christian Cueva, figura de la Selección de Perú, también erró uno sobre el final del primer tiempo que habría puesto a los de Ricardo Gareca arriba en el marcador, marcador que terminaría 0-1 a favor de los daneses.

Como era de esperarse, ambos jugadores quedaron muy decepcionados tras los sendos errores, pero existió una notoria diferencia entre la reacción de los argentinos y la de los peruanos, que denota claramente una caracterísitca que tienen los incaicos y que los de Sampaoli no tienen: la unión de grupo.

Cuando Messi erró el penal, se lamentó solo, cabizbajo y mirando al césped, ningún compañero del seleccionado se le acercó a consolarlo o a darle ánimos. Sí, es el llamado a ser líder del equipo, pero también falla, también sufre y también necesita apoyo ante un error, apoyo que no encontró en sus compañeros.

Es otra historia la del conjunto de Ricardo Gareca, comenzando por el capitán Paolo Guerrero, jugador por jugador se le fue acercando a Christian Cueva dándole palabras de aliento y haciéndole entender que no era el fin del mundo, que aún quedaban 45 minutos para poder cambiar la historia.

Cuando sonó el pitazo del árbitro y el el partido acabó en derrota para los peruanos, Cueva se sentó en el pasto a lamentarse, pero ahí estuvieron sus compañeros para consolarlo, levantarlo y dejarle en claro que faltan dos partidos. ¿Los compañeros de Messi dónde estuvieron?

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