Javier Mascherano, el guerrero argentino

Javier Mascherano le dio un toque más épico al triunfo argentino por jugar gran parte del segundo tiempo con sangre en la cara, ¿por qué el árbitro lo permitió?

Javier Mascherano y un episodio más de liderazgo. Foto: AFP
Javier Mascherano y un episodio más de liderazgo. Foto: AFP

Javier Mascherano le dio un toque más épico al triunfo argentino por jugar gran parte del segundo tiempo con sangre en la cara, ¿por qué el árbitro lo permitió?

El partido de Argentina frente a Nigeria tuvo todos los condimentos para ser uno de los más recordados en la historia del fútbol nacional. Un equipo herido salió a jugársela por la clasificación a octavos, un gol sobre el final del partido, un líder que volvió a aparecer y el otro líder, ensangrentado hasta el pitazo final.

Javier Mascherano jugó gran parte del segundo tiempo con sangre en el rostro, aún así y habiéndolo advertido, el árbitro turco Cuneyt Çakir decidió dejarlo seguir jugando, ¿qué dice el reglamento?

"Todo jugador con herida sangrante saldrá del terreno y no podrá retornar hasta que el árbitro considere que la herida ha dejado de sangrar", efectivamente, la herida del argentino había parado de sangrar.

Javier Mascherano es el "Jefecito". Y lo es por algo. Lionel Messi es el capitán argentino pero el líder del vestuario es él. "La Pulga" habla con los pies, "Masche" lo hace con los ojos. Este martes estuvo cerca de perder uno pero volvió a demostrar la ascendencia que lo ha convertido en un indispensable de la Albiceleste.

Con Jorge Sampaoli discutido tras la dolorosa derrota 3-0 ante Croacia en la segunda jornada del Grupo D del Mundial de Rusia-2018, el vestuario miró a Mascherano en busca de soluciones y de respuestas a la grave crisis de juego e identidad de una escuadra que, antes de aterrizar en el torneo, era considerada como una de las más firmes candidatas a hacerse con el título.

Cosas de tener a Messi de su lado.  

"Está claro que (...) se hizo más de una cosa mal, no vamos a estar mintiéndonos a nosotros mismos", dijo Mascherano tras la derrota ante los balcánicos. 

"La relación con el técnico es totalmente normal. Obviamente que cuando nosotros sentimos alguna incomodidad se la planteamos (al técnico) porque si no seríamos unos hipócritas", añadió.

Frente a Nigeria, Sampaoli lo tuvo claro: le entregó de nuevo la batuta a los futbolistas, a Messi y Mascherano a la cabeza. Repitió la fórmula que había llevado a la Albiceleste a jugar la final en Brasil-2014 y en las Copas América 2015 y 2016. "Los históricos", al campo. Sin experimentos.

Pero, en la república de los jugadores, se vio claramente en un momento cómo Sampaoli le pregunta a Messi si estaba de acuerdo con el ingreso de Sergio Agüero. 

El Kun, por supuesto, ingresó al campo al minuto 80, cuando la clasificación argentina pendía de un hilo. No fue el goleador del Manchester City el que salvó a la albiceleste, sino su rival del Manchester United, Marcos Rojo, pero Agüero fue requerido con la venia de Messi para una situación terminal. 

Y así, con la vieja guardia, Argentina formó con la alineación de mayor edad que ha pisado nunca una Copa del Mundo para su país, con una media de 30 años y 189 días. Con Enzo Pérez junto al "Jefecito" en la medular y Ángel Di María y Gonzalo Higuaín acompañando arriba a Messi.

"Era una obligación pasar de fase, nos hubiera gustado pasar de primera pero no se dio y lo que toca es enfrentar lo que viene", señaló "aliviado" Mascherano tras la victoria 2-1 ante Nigeria, que clasificó a los suyos a octavos, donde chocarán con Francia.

Sin embargo, el centrocampista contradijo a su técnico, que en la previa había asegurado que el Mundial para Argentina comenzaba frente a los africanos.

"No, el Mundial empezó hace 10 días. No lo empezamos de la mejor manera, está claro, nos metimos en un buen lío, hoy pudimos subsanar un pelín ese lío pero esto sigue. Veremos cómo sigue el sábado en Kazán", ante Francia, señaló.

Argentina manifestó ante Nigeria durante los 90 minutos lo que ha sido la Albiceleste en Rusia: un equipo capaz de controlar, dominar y someter a su rival durante toda una parte y, en la siguiente, ser perseguido por los fantasmas de las dudas que los atenazan hasta tenerlos contra las cuerdas. El martes apareció Marcos Rojo para espantar demonios. ¿Contra Francia?

"No somos favoritos, nosotros estamos para pelear, ojalá que nos dé", sentenció Mascherano.

Tras días de incertidumbre y rumores de rebelión, los hombres de Mascherano cumplieron. Todos, cuando las cosas se complican, se tornan hacia él. Incluso Sampaoli.

"Cuando se pierde hay acusaciones recíprocas. Pasa siempre y me ha pasado siempre en todos los lugares que estuve (...) En mi larga carrera, siempre lo aprendí todo de los jugadores", dijo el DT en la previa del encuentro.

"Con Lionel compartimos los sueños de hacer algo importante en Rusia", explicó en la conferencia de prensa posterior.

Juntos, con Messi hablando con su fútbol y Mascherano con su corazón, Argentina superó su primera final. Ahora, de cara al sábado, repetirá la fórmula, con el "Jefecito" ejerciendo al menos una vez más como tal.

AFP

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