Copa Sudamericana: Tigre recibió su subcampeonato pendiente

Como si fuese mentira, en medio de la suspensión del superclásico, Alejandro Domínguez (presidente de la Conmebol) y Gianni Infantino (presidente de la FIFA) le entregaron a Ezequiel Melaraña (presidente de Tigre) el premio.

"Me siento honrado con esta entrega que no es otra cosa que un reconocimiento a la gran campaña del equipo en ese torneo y que con los años tiene su gran valor, agradezco a la CONMEBOL”, Melaraña hizo hincapié en agradecer el reconocimiento de aquel título, el cual Tigre no recibió por haber sido sancionado.

Lo llamativo del caso es la disposición del conjunto argentino para aceptar el premio luego de sentirse claramente perjudicado.

En aquella final disputada ante San Pablo, el conjunto de Victoria no salió a jugar el segundo tiempo luego de ir perdiendo 2-0.

Nestor Gorosito enojado buscando a los autores del hecho. Foto: AFP

En el descanso del partido, el plantel del matador denunció que recibieron amenazas con armas  y golpes en el entretiempo. Según los jugadores, entre los agresores se encontraba gente de seguridad del club local, hinchas e incluso la misma policía brasileña.

Tigre presentó sus quejas ante la organización pero, al revés que el sábado, el encuentro se le dió por perdido al visitante por no salir a jugar.

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Las circunstancias no fueron las mismas. Los de Victoria iban perdiendo el partido y con pocas chances pero la esperanza nunca se pierde. En el Morumbí los jugadores quisieron probar las agresiones ante los oficiales mostrando las lastimaduras y golpes. A pesar de todo, no hubo respuesta por parte de la Conmebol.

“Sacaron revólveres. Así no salimos a jugar” fue lo primero que pronunció el técnico Pipo Gorosito ante la prensa. El jefe de seguridad de Tigre declaró que: “Rubén Botta tiene el ojo cerrado por un golpe y a Damián Albil lo apuntaron con un arma en el pecho”.

“No vimos nada de los incidentes. Escuchamos ruidos y vimos algunas lesiones en los jugadores, pero no sabemos quién se las provocó” dijo el árbitro del encuentro Enrique Osses justificando la decisión de las autoridades.

Esa noche de copa fue una de las más oscura. Seis años más tarde el fútbol sudamericano volvió a vivir impactantes hechos de violencia. La incógnita que se abre es si River podría usar este caso para retrucar el reclamo de los Xeneizes.