Javier Mascherano, de jefecito a jefe

El mediocentro argentino del FC Barcelona, Javier Mascherano, que fue una de las figuras del conjunto de Pep Guardiola en la victoria en Liga de Campeones ante el FC Copenhague, ha empezado a justificar dentro del campo la inversión que ha hecho el club por él.

Las estadísticas no estaban jugando a favor del argentino durante la presente campaña. De los tres encuentros que Mascherano había disputado como titular, el Barça no había conseguido salir victorioso en ninguno (derrota ante Hércules y empates con Rubin Kazan y Mallorca).

El juego, en sus primeros partidos, tampoco lo acompañaba. No se le veía cómodo en las obligaciones que le demanda el estilo ofensivo del equipo, y esto se trasladaba a la grada, que desconfiaba de la adaptación del argentino.

El capitán de la selección argentina había admitido durante la semana que, el del Barça, "es un sistema en el que también hay que tener participación en el juego, eso es lo que yo no estaba acostumbrado, es en lo que tengo que aprender, mejorar y automatizar".

Pero los último minutos que ha disputado el pasado sábado ante el Valencia en la Liga, mostraron un aperitivo de lo que se vería ante el FC Copenhague por Liga de Campeones.

Ante los de Unai Emery, el ex jugador de Liverpool y West Ham en la Premier League había entrado por Xavi para disputar los últimos quince minutos y, en ese tiempo, dio muestra de su temple y coraje para ayudar al equipo a sostener un resultado que había costado horrores obtener.

En la previa del partido, el mediocentro había destacado que con el correr de los partidos notaba que estaba mejorando con respecto a sus primeras actuaciones.

Y ante el FC Copenhague dio muestras de por qué se le ficho el pasado verano. Recuperó una gran cantidad de balones (13) y estuvo atento a la hora de realizar las coberturas cuando Dani Alves o Abidal pasaban al ataque.

Pero además tuvo una notable actuación con el balón en sus botas, siendo casi siempre una aduana obligada en la circulación del balón y en las transiciones de ataque. Regaló varios cambios de frente de no menos de 30 metros, como además mostró precisión a la hora de los pases, acertando en 81 ocasiones.

Al término del encuentro de anoche, el 'Jefe', sin ánimo de valorar demasiado su actuación personal, sostuvo que "me sentí más normal, más yo. Trato de jugar de la mejor manera y darle el mejor destino al balón, a veces sale y a veces no".

Asimismo, 'Masche' ha destacado el nivel de concentración que exige el juego de posesión que imprime este Barça de Guardiola. "Hay que estar concentrado, porque al tener este juego de posesión, son pocas las posibilidades para interceptar el balón, entonces cuando toca hacerlo, hay que hacerlo bien", ha concluido el nuevo 'Jefe' del centro del campo.