Se prolonga la sequía argentina en la Copa América

La ilusión de la Albiceleste de ganar el torneo continental en casa llegó hasta los cuartos, ante los uruguayos que se clasificaron por penales.

La selección argentina lamenta la eliminación de la Copa América en Santa Fe. Foto: EFE
La selección argentina lamenta la eliminación de la Copa América en Santa Fe. Foto: EFE

La ilusión de la Albiceleste de ganar el torneo continental en casa llegó hasta los cuartos, ante los uruguayos que se clasificaron por penales.

El sueño, la ambición, la ilusión de la Albiceleste de ganar la Copa América en casa llegó hasta los cuartos de final, con un empate a uno frente a Uruguay, clasificado semifinalista en los penaltis (4-5).

El tópico de "la obligación de ganar" el torneo tras dieciocho años de sequía se había instalado con fuerza en la concentración de Argentina, donde el seleccionador Sergio Batista y la mayoría de los jugadores habían admitido la presión.

"Lo que pasa es que Argentina no gana nada desde hace muchos años", afirmaba el capitán Javier Mascherano, mientras que Batista había pedido "más apoyo que presión" en su primer compromiso oficial como sucesor de Diego Maradona, desvinculado de la selección tras el Mundial de Sudáfrica.

Batista se aseguraba el sustento futbolístico de su equipo con un puñado de estrellas de altísima cotización, como Mascherano, Cambiasso, Banega, Di María, Tévez, Messi, Higuaín, Kun Agüero y Diego Milito, pero los resultados han sido magros.

Tres empates, uno de ellos esfumado por la caída en la tanda de penaltis, y una victoria ante un juvenil combinado de Costa Rica en la fase de grupos son resultados que no cubren en lo más mínimo las expectativas.

La última vez que Argentina ganó la Copa América fue en Ecuador'93, en el mejor momento del goleador Gabriel Batistuta y sin Diego Maradona, golpeado por su adicción a las drogas. Eran los tiempos de Alfio Basile como seleccionador, con el que los argentinos también se impusieron en Chile'91.

Antes de Basile, con Carlos Bilardo, y después de él, con Daniel Passarella, Argentina desestimó el torneo de selecciones al interpretar que lo más importante en sus respectivos ciclos como seleccionadores eran los mundiales, y que no había que distraerse para fortalecer ese objetivo.

Cuando Argentina comenzó a echar de menos los títulos apareció Brasil, que ha ganado cuatro de las últimas cinco ediciones de la competición, las dos más recientes en partidos decisivos ante los albicelestes en Lima (2004) y Caracas (2007).

Argentina ha ganado catorce títulos en el torneo de selecciones más antiguo del mundo, igual cantidad que Uruguay, que se ilusiona como semifinalista con la posibilidad de pasar al frente en esa tabla de logros.

Messi no brilló; Tevez, "el jugador del pueblo", solo fue una sombra del goleador de la Premier League con el Manchester City, y los demás estuvieron por debajo de sus niveles habituales.

Ahora todos miran a Batista, que explica una línea de juego ideal ante quien lo quiera escuchar, distinta a la que mantiene el equipo en el campo de juego.

Batista dice que tiene firmado un contrato con la federación (AFA) hasta la finalización de las eliminatorias del próximo Mundial, y que la Copa América sólo era un compromiso intermedio. La mochila que carga comienza a pesar.

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