En Córdoba se vio lo mejor de Messi

la ciudad arropó al astro argentino y el mejor jugador de mundo respondió con su mejor versión para que la Albiceleste se clasificara a los cuartos de la Copa.

Leo Messi controla en la balón ante Costa Rica. Foto: EFE
Leo Messi controla en la balón ante Costa Rica. Foto: EFE

la ciudad arropó al astro argentino y el mejor jugador de mundo respondió con su mejor versión para que la Albiceleste se clasificara a los cuartos de la Copa.

Córdoba, una de las ciudades del interior de Argentina en la que el fútbol es tema de todos los días, arropó como nunca a Lionel Messi y 'La Pulga' respondió con su mejor versión para que la selección albiceleste se clasificara a los cuartos de final de la Copa América.

Se debía el barcelonista una labor de semejante estatura con la camiseta argentina, más aún después de la catarata de insultos y reproches de los hinchas de Santa Fe tras el empate con Colombia, que calaron hondo en él y en el resto de sus compañeros.

A partir de allí se le cuestionó todo: que se fastidia y no juega como en España, que no siente la camiseta de su país e incluso que no canta el himno, todo un rosario de argumentos prototípicos del hincha argentino.

"Leo la está pasando mal. Es la primera vez que lo silban en su carrera", confesó su padre, Jorge Messi, tras la fatídica noche santafesina y antes de Costa Rica.

Lo contuvo el seleccionador Sergio Batista, al insistir una y mil veces que el país debe cuidar al mejor jugador del planeta. Lo defendieron sus compañeros al argumentar que el problema de Argentina no era Messi sino el rendimiento colectivo.

Lo respaldó Diego Maradona al señalar que los argentinos son "injustos" con el "crack' y hasta el propio Ricardo La Volpe, el argentino que conduce la selección costarricense, pidió un poco de clemencia para el rosarino.

Se llevó la mayor ovación ni bien los jugadores argentinos saltaron al estadio Mario Alberto Kempes para hacer los movimientos previos al partido y volvió a recibir un conmovedor apoyo popular cada vez que hizo magia con sus regates.

Se asoció de maravilla con Fernando Gago y sólo le faltó el gol para coronar una velada perfecta, aunque fue una usina que generó asistencias sin parar. Dos de ellas terminaron en goles. "Leo jugó un partido tremendo", sintetizó Batista al final.

Agradeció a la gente tímidamente. No podía esperarse otra cosa. Se reconcilió con el público argentino. Atesoró en su maleta una muestra de cariño como pocas veces en su país. ¿Habrá ganado la batalla para comenzar a ser profeta en su tierra? 

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