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El fútbol argentino, un carrusel de ansiedades e incoherencias

La frenética jornada de sábado, con apenas cuatro partidos, fue una muestra de las cuestiones que puede ofrecer este ciclotímico torneo Clausura del fútbol argentino.

La frenética jornada de sábado, con apenas cuatro partidos, fue una muestra de las cuestiones que puede ofrecer este ciclotímico torneo Clausura del fútbol argentino.


Las presiones que se potencian hora tras hora, discusiones circulares sobre el futuro de las competencias argentinas, técnicos que van y vienen como moneda de cambio, jugadores que discuten, pelean y hasta se amenazan, y un contexto de violencia externa siempre latente conforman la pintura de actualidad del fútbol argentino.

La frenética jornada de sábado, con apenas cuatro partidos, fue una muestra de las cuestiones que puede ofrecer este ciclotímico torneo Clausura del fútbol argentino.

El clásico de Avellaneda disputado en el mediodía estuvo marcado por la violencia externa entre los simpatizantes, una situación que no por transformarse en cotidiana puede ser naturalizada y hasta aceptada como parte del folclore.

En el campo de juego la victoria 4-1 de Independiente sobre Racing derivó en una crisis interna en la 'Academia', que en el vestuario tuvo un enfrentamiento entre el plantel y el colombiano 'Teo' Gutiérrez, que amenazó con un arma de juguete a sus compañeros y se retiro en soledad en taxi de estadio.

A esta situación se suma la renuncia, nunca confirmada oficialmente por la institución de Alfio Basile, que hace 10 días se puso un plazo de dos partidos para revertir el rumbo de la campaña de su equipo, caso contrario daría un paso al costado.

Pero el caso de Basile en la angustiante jornada de sábado no fue la única nota de los técnicos: Caruso Lombardi en su segundo partido al frente de San Lorenzo consiguió una aliviadora goleada por 3-0 ante Godoy Cruz, que dejó a su técnico Nery Pumpido en la cuerda floja.

Un párrafo aparte merece la presentación de San Lorenzo en el estadio de Boca Juniors porque el suyo sufrió las consecuencias del temporal que azotó la Ciudad de Buenos Aires hace diez días.

No obstante, en este fútbol argentino donde (casi) todo vale, los dirigentes de San Lorenzo pidieron habilitar sólo una parte del estadio sin preocuparse por las condiciones mínimas para un espectáculo futbolístico; todo para no perder la 'bendita' localía.

En Mendoza y antes del partido ante San Lorenzo, el presidente de Godoy Cruz, Mario Contreras, expresó que el estilo de conducción de Nery Pumpido no tenía correlación con la idiosincrasia del club 'tombino'.

La derrota ante San Lorenzo indicaba el golpe de gracia para la salida de Nery Pumpido, pero el técnico ratificó que continuará en una lucha de poder planteada con el presidente.

A última hora del sábado, otro papelón cuando los simpatizantes de San Martín de San Juan impidieron el final del partido cuando su equipo perdía como local 1-3 ante Vélez Sársfield.

En el frenesí de los resultados la pregunta de la continuidad de Daniel Garnero como técnico de los sanjuaninos se instaló en el ambiente.

¿Procesos a largo plazo? ¿Definición de un proyecto de trabajo? ¿Intenciones para sacarle dramatismo a un juego? ¿Que el fútbol sea un espectáculo para la familia argentina? ¿Erradicar a los violentos de las canchas? Todas preguntas que no forman parte del decálogo de un fútbol argentino que es un carrusel de ansiedades e incoherencias. 

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