Boca Juniors no pudo aguantar, perdió 2-1 con Bayern Múnich y no depende de sí mismo para clasificar a los octavos del Mundial de Clubes
Con goles de Harry Kane y Michael Olise, Bayern Múnich derrotó 2-1 a Boca Juniors por la fecha 2 del Grupo C del Mundial de Clubes.

Con goles de Harry Kane y Michael Olise, Bayern Múnich derrotó 2-1 a Boca Juniors por la fecha 2 del Grupo C del Mundial de Clubes.
La clara victoria de Boca Juniors en las gradas no se pudo trasladar al terreno de juego, donde el Bayern Múnich fue superior y logró una victoria por la mínima (2-1) que les clasifica a octavos del Mundial de Clubes, y que hace que el Xeneize dependa del resultado del Benfica para soñar con la siguiente fase.
Un gol de Michael Olise a falta de cinco minutos para el final del tiempo reglamentario no solo le dio los tres puntos al Bayern, sino que rompió con el invicto que mantenían los equipos Conmebol en el Mundial de Clubes. Esta es la primera derrota de un equipo sudamericano en diez partidos disputados, seis de ellos ante rivales europeos.
Con un punto y una diferencia de -1 gol, Boca Juniors necesitará golear al Auckland City en la tercera fecha y una derrota del Benfica (+6) contra un Bayern que ya está clasificado, pero no como primero de grupo.
Pese a la derrota, el apoyo de la hinchada de Boca Juniors fue constante desde el inicio, con independencia del marcador y del claro dominio que el Bayern Múnich demostró tan pronto como sonó el silbato inicial.
Asentados cómodamente en campo contrario, gracias al peligro que transmitían por banda Kingsley Coman y Olise, los alemanes no tardaron en sacar rédito de su dominio.
En el minuto 8 llegó la primera. Un saque de esquina botado por Olise acabó directamente en las mallas defendidas por Agustín Marchesín. La revisión del VAR, sin embargo, anuló el gol al entender que Serge Gnabry había agarrado -claramente- al portero y evitado que detuviera el balón.
Poco tuvo que decir el colegiado apenas diez minutos después, cuando un gran centro de Raphael Guerreiro desde la derecha fue rechazado por la defensa y cayó a los pies de Harry Kane, totalmente libre, en el punto de penalti. Una definición que ha practicado mil veces, un gol que ha metido mil veces. Su tiro, a la esquina y lejos del portero, no dejó lugar a dudas.
Boca, que salió de inicio con Lautaro Di Lollo y de Tomás Belmonte en el once inicial por las bajas de Ander Herrera y Jorge Figal, expulsados ambos en el encuentro anterior ante el Benfica, tardó media hora en contagiarse de su afición, incansable, y gozar de las primeras ocasiones.
Kevin Zenón, primero con una falta directa desde la frontal y después con un chut dentro del área, la tuvo por partida doble. Pero Manuel Neuer es mucho Neuer, y sacó en la segunda un brazo salvador que mantuvo el 0 en el marcador de Boca.
El Bayern siguió apretando hasta el descanso, siempre espoleado por la verticalidad de Coman, Gnabry y Olise, pero no pudo ampliar su ventaja.
Como si el terreno de juego estuviera inclinado hacia una misma portería, Boca no tardó en apretar en el segundo tiempo, mostrando un peligro que nunca tuvo en los primeros 45 minutos y que si había demostrado ante el Benfica.
No obstante, fue el Bayern Múnich quien volvió a disponer de otro balón suelto en el punto de penalt a los diez minutos de la reanudación. Pero Gnabry no es Kane y su disparo raso al centro fue detenido cómodamente por Marchesín.
El instinto del 9 que le faltó a Gnabry fue el que demostró poco después Miguel Merentiel. A un desmarque al espacio desde el medio campo, probablemente tirado más con el corazón que con la cabeza, le siguió un autopase para quedarse solo ante Neuer y batirle con solvencia. La grada volvía a tener motivos para venirse arriba y hacer temblar el estadio -literalmente-.
La mejoría de Boca había venido acompañada de una menor participación de Gnabry y Comán, que fueron sustituidos por Jamal Musiala y Leroy Sané. Progresivamente, los alemanes volvieron a inclinar el terreno hacia la portería de Marchesín.
Así, entre sustituciones y parones, se llegó a los últimos diez minutos sin que el balón hubiera pasado por las áreas en mucho tiempo.
Pero en una jugada trabada con múltiples rechaces dentro del área, más típica del patio de colegio que del Mundial de Clubes, acabó con otro balón suelto en la frontal que esta vez empujó bien a gol Gnabry.
El fuelle parecía haberse agotado en el equipo argentino, y fue el Bayern quien siguió apretando para logar el tercero. Por suerte para Boca, logró minimizar daños. Tocará golear al equipo neozelandés.