Por: Jayro Gutierrez • Futbolargentino.com

Barcelona derrotó 5-2 a Real Madrid y es el campeón de la Supercopa de España

Con goles de Yamal, Lewandowski, Rapinha (x2) y Balde, Barcelona venció 5-2 a Real Madrid en la final de la Supercopa de España.

Con goles de Yamal, Lewandowski, Rapinha (x2) y Balde, Barcelona venció 5-2 a Real Madrid en la final de la Supercopa de España.

 El Barcelona conquistó el cielo con una final soñada en la que humilló al Real Madrid (2-5) para coronarse ‘supercampeón’ y sumar su primer título en dos años, con un recital comandado por Yamal y Raphinha en la primera parte, traducido en cuatro goles, que dejó sentenciado un partido loco pese a que los culés acabaron con diez por la expulsión de Szczesny.

Con un juego arrollador y con las estrellas del Real Madrid apagadas, los de Hansi Flick se sobrepusieron al gol tempranero de Mbappé y en poco más de 45 minutos pusieron un histórico 1-5 ante la endeblez de la defensa blanca con el que sellaron una victoria que dejó hundido a su eterno rival.

Los de Carlo Ancelotti, que llegaron a Arabia Saudí subidos a una ola de optimismo, perdieron en una noche aciaga el título, el liderato en LaLiga a costa del Atlético de Madrid y, de propina, revivieron la pesadilla del 0-4 del Bernabéu de finales de octubre.

Lo imprevisible de un clásico cargado de alicientes no se trasladó a las alineaciones, en las que los dos técnicos fueron predecibles y repitieron el plantel de las semifinales.

Después de una semana con Dani Olmo en el centro del debate, Flick optó por resguardarlo en el banquillo y se inclinó por repetir con Gavi de inicio para dar consistencia a la medular.

El otro interrogante lo resolvió volviendo a confiar en el polaco Szczesny para custodiar la meta en lugar del ‘castigado’ Iñaki Peña.

Con las cartas previstas sobre el tapete del King Abdullah, el duelo echó a andar de manera trepidante, con los dos contendientes dispuestos a encandilar y a estar a la altura de las expectativas del espectáculo.

En ese ambiente electrizante, el Barça salió con vocación de dominar, con la presión alta y con ansia de balón, y su rival, preparado para volar a la contra.

Yamal no titubeó en dejar claro que, en su primera final, tenía ganas de poner en jaque la hegemonía del Real Madrid.

A los dos minutos, dio su primer aviso con un tiro desde la frontal que despejó Courtois y, a renglón seguido, fue Raphinha el que sumó una segunda advertencia con un cabezazo que de nuevo forzó al meta belga a lucirse.

Pero el primer zarpazo certero lo daría el Real Madrid, con un robo de balón de Vinícius a Casadó para habilitar a Mbappé, que en su galopada con Balde le quebró con una bicicleta y cruzó el balón a Szczesny.

El 1-0 reafirmó más si cabe el dibujo del partido, con el Real Madrid cómodo en las cabalgadas al ritmo que marcaba la corneta de ‘Vini’ y más cauto en no caer en el fuera de juego, como en el 0-4 en el Bernabéu de la Liga.

El gesto se le encogió al cuadro blanco al ver a Mbappé cómo se le torcía un tobillo, que obligó minutos después a que le atendieran en el mismo césped para vendárselo. Fue como un mal fario que cambió el destino del partido y que lanzó al Barcelona a devorar a su rival.

Y fue Yamal el llamado a transformarse en el depredador. De un pase de Lewandowsky y valiéndose del despiste de Mendy, quebró a Tchouameni con un amago, acomodó la pelota a su zurda y la colocó a lo Messi con suavidad al palo izquierdo.

El empate desató al Barcelona, que encerró a un Real Madrid cada vez más apocado debido a la desaparición de Bellingham, ausente en toda la primera parte. Ni siquiera la entrada de Araújo por el lesionado Iñigo Martínez alteró el guion y el Barcelona se dispuso a liquidar la final antes del descanso.

Al dominio aplastante se agregó un penalti discutido por los madridistas por un toque de Camavinga en una pierna de Gavi en el que el árbitro no reparó, pero el VAR le hizo rectificar.

Al tanto de Lewandowsky se sumó el de Raphinha, que volvió a poner en entredicho a la defensa blanca. Un pase medido de Koundé puso al brasileño en vuelo para cabecear picado el balón y ahondar en la herida del Real Madrid.

Y lejos de conformarse, cuando moría la primera parte, una escapada de nuevo del extremo brasileño tras perder el Real Madrid el balón la rubricó con un pase a Balde, que firmó un increíble 1-4 bajo el asombro mundial ante el colapso del equipo madridista, que había dejado de tener noticias de Mbappé.

El cajón de las sorpresas volvió a abrirse nada más regresar los jugadores del vestuario. Una volea de Rodrygo a una escuadra pareció resucitar al Real Madrid, pero fue un espejismo. A la jugada siguiente, Raphinha retrató de nuevo a un ofuscado Tchouameni para poner la 'manita'.

Ancelotti retocó la pizarra y metió a Valverde de lateral y a Asencio de central y el invento surtió efecto con una contra del Real Madrid que desembocó en la expulsión de Szczesny al derribar fuera del área a Mbappé previo chequeo del VAR.

En la falta derivada, Rodrygo la pegó con rabia a la pelota para colocar el 2-5 en el marcador con el que dar algo de picante a la final.

Los papeles se invirtieron. Con el reinscrito Dani Olmo en el campo por Yamal, el Barça se agazapó y cedió el control a su rival, aunque con la diferencia de que los culés pusieron mucho más arrojo para aguantar el resultado de una noche mágica.

A base de motivación por la noche histórica y de orden defensivo, el Barcelona se rearmó con diez y a pesar de los reemplazos, entre ellos el de Vinícius, el Real Madrid se aturulló y fue incapaz de perforar de nuevo la meta de un Iñaki Peña que sacó a Mbappé el último cartucho del que dispuso.

PREVIA

Real Madrid y Barcelona pugnarán este domingo por conquistar la Supercopa de España con el aliciente de que, además de ser el primer título del año, pondrá sobre el tapete del estadio King Abdullah a una constelación de estrellas de ambos bandos con una predicción incierta sobre el desenlace a tenor de cómo llegan ambos a la final.

Además del trofeo, el partido concede un botín en forma de victoria psicológica por la influencia que el resultado pueda tener en el rendimiento de los equipos en lo que resta de temporada en las distintas competiciones.

La final (19.00 GMT) está repleta de alicientes, al estar garantizada la presencia de las principales figuras de ambos conjuntos, incluido Dani Olmo, después de que el Consejo Superior de Deportes (CSD) le otorgara la medida cautelar de poder ser inscrito de nuevo, al igual que Pau Víctor.

En el Real Madrid, el partido le llega con el depósito de confianza recargado después de estrenar el año líderes en LaLiga y de ver como sus galácticos están en un óptimo estado de forma, cada vez más compenetrados y con más acierto, al sumar el equipo 26 goles en los últimos ocho partidos, con un promedio superior a los tres tantos.

En particular Bellingham, con nueve goles en diez encuentros, y Mbappé, de quien Ancelotti certifica que ha empezado a ser el verdadero Kylian tras un comienzo de temporada titubeante.

También se presenta entonado Vinícius Júnior, aunque con la presión de nuevo sobre su comportamiento tras la expulsión en Valencia y los dos partidos de castigo que cumplirá en liga, así como lo acaecido con Pablo Maffeo en la semifinal ante el Mallorca.

Con Bellingham, Valverde y Tchouameni recuperados de los problemas con que acabaron el encuentro ante el Mallorca, Ancelotti solo tiene la duda de si volver a dar la manija del equipo al francés Camavinga o al croata Modric, recuperado de su proceso vírico.

En su reto mayúsculo de lograr siete títulos en la temporada, el Madrid afronta su tercer peldaño tras coleccionar la Supercopa de Europa y la Copa Intercontinental, aunque tiene el mal recuerdo del 0-4 que le endosó el equipo culé en liga a finales de octubre, donde los puntas blancas cayeron en la telaraña del fuera de juego tendida por Flick.

El preparador alemán tiene a su vez el objetivo imperante de zanjar la sequía de títulos del Barça que se remonta a la liga de 2023, y, de paso, buscar el componente psicológico que se le atribuye a la Supercopa, que la plantilla azulgrana coincide en que insuflaría un chute de moral para el resto de la temporada.

Hace dos ediciones, el Barca ganó el título con un recital (3-1) y luego se llevó el torneo liguero, una situación que se replicó el pasado año con el Real Madrid y la exhibición de Vinícius con su triplete (4-1), aderezada además con la Liga de Campeones.

Como Ancelotti, el Barça tiene operativas a sus piezas principales, entre ellos, Olmo, que podría ser la gran novedad del once en la mediapunta a costa de Gavi, si bien Flick ha alimentado la duda al elogiar el rendimiento del autor del primer gol ante el Athletic.

El otro interrogante es si el polaco Szczesny volverá a ocupar la portería en detrimento de Iñaki Peña, castigado en la semifinal por llegar tarde a una sesión de preparación.

El técnico alemán repetirá la misma línea defensiva, con Cubarsí e Iñigo Martínez, por lo que el uruguayo Ronald Araújo seguirá en el banquillo entre rumores sobre su salida del club, a pesar de que Flick ha expresado su deseo de que siga.

La pretensión del entrenador germano es mantener el estilo de juego con su esquema de 4-2-3-1, con la presión alta y transiciones rápidas apoyadas en el dulce estado de forma de Raphinha y la genialidad de Yamal.

Para deleite de los saudíes, la de mañana será la tercera final consecutiva de la Supercopa que disputan los dos grandes en Arabia Saudí en las cinco ediciones que ha organizado el torneo, por el que pagan 40 millones de euros a la Real Federación Española de Fútbol.

El futurista recinto King Abdullah espera ver casi completado su aforo de 62.000 espectadores, con la afición repartida, aunque, a tenor de lo visto en las semifinales, con una cierta mayoría a favor de los madridistas.

En caso de que al término de los 90 minutos haya empate, el título se dilucidaría en los penaltis, al aplicarse la nueva regla del torneo de que no hay prórroga con el fin de no sobregarcar de minutos a los jugadores.

De ganar el Madrid, igualaría a los culés con catorce títulos en el palmarés de la competición y elevaría su estadística de finales ganadas en las últimas tres temporadas, en las que ha jugado once y solo ha perdido una, precisamente la Supercopa de hace dos años.

Probable formación de Barcelona vs. Real Madrid, por la Final de la Supercopa de España 2025

Iñaki Peña; Jules Koundé, Pau Cubarsí, Iñigo Martínez, Alejandro Baldé; Marc Casadó, Pedri; Lamine Yamal, Gavi, Raphinha; Robert Lewandowski. DT: Hansi Flick.

Probable formación de Real Madrid vs. Barcelona, por la Final de la Supercopa de España 2025

Thibaut Courtois; Lucas Vázquez, Aurélien Tchouaméni, Antonio Rudiger, Ferland Mendy; Dani Ceballos, Federico Valverde; Rodrygo Goes, Jude Bellingham, Vinicius Jr; Kylian Mbappé. DT: Carlo Ancelotti.

Datos del partido entre Barcelona vs. Real Madrid, por la Final de la Supercopa de España 2025

  • Horario: 16.00
  • TV: D Sports
  • Árbitro: Jesús Gil Manzano
  • VAR: Javier Iglesias Villanueva
  • Estadio: King Abdullah Sports City, Yeda