Rudiger fue víctima de gritos racistas en la cancha de Tottenham

Luego de lo que ocurrió con Balotelli en Italia en las últimas semanas, esta vez al que le tocó sufrir un acto repudiable de discriminación fue el alemán Antonio Rudiger por parte de la hinchada del Tottenham Hotspur, en el clásico londinense disputado este domingo y que terminó con triunfo del equipo de Frank Lampard por 2 a 0.

El jugador tuvo un momento de participación importante, en donde fue el responsable de la expulsión de Son, por una reacción no justificada y tras eso comenzaron los gritos. En los parlantes del estadio se avisó en tres ocasiones a los seguidores pero el partido no se detuvo ni existió amenaza de suspensión alguna.

El capitán del Chelsea, el español César Azpilicueta, avisó en más de una ocasión al árbitro Anthony Taylor de la situación. El juez del encuentro hizo caso a la indicación pero no llegó a interrumpir el juego, como ocurrió en el duelo de Rayo Vallecano, donde se insultó a un jugador acusándolo de nazi. Tras el choque, el Tottenham hizo público un comunicado en su web en el que anuncia una investigación para tomar las medidas que fueran necesarias.

"Efectuamos una exhaustiva investigación con las observaciones aportadas por el Chelsea. Es inaceptable cualquier forma de racismo. No será tolerada en nuestro estadio. Tomaremos las medidas más firmes contra cualquiera que se comporte de esta manera e incluso se le prohibirá entrar al estadio", añadió la nota del club londinense. Más tarde el propio Rudiger lo hizo en redes sociales.

El mensaje de Rudiger en Twitter

Es realmente triste ver racismo en un partido, pero creo que es muy importante hablar de esto públicamente. Sino, será olvidado en los próximos días (como siempre).

No quiero involucrar a Tottenham como club en esta situación, ya que sé que solo un puñado de idiotas fueron los agresores. Tuve muchos mensajes de apoyo en redes sociales, también de hinchas de los "Spurs" en las últimas horas - muchas gracias por eso.

Realmente espero que los agresores sean encontrados y castigados pronto, y en un estadio tan moderno como el Tottenham Hotspur Stadium con docenas de cámaras de televisión y seguridad, debe ser posible encontrarlos y luego castigarlos.

Sino, seguramente hay testigos en el estadio que vieron y escucharon los incidentes. Es una pena que el racismo siga existiendo en 2019. ¿Cuando terminará este disparate?