Con Alejandro Garnacho y la vuelta de Lisandro Martínez, Manchester United empató 1-1 con Brentford

Con la vuelta de Lisandro Martínez y con Garnacho de titular, Manchester United no pudo con Brentford y empató 1-1 por la Premier League.

Garnacho fue titular en Manchester. Foto: Twitter @ManUtd_Es
Garnacho fue titular en Manchester. Foto: Twitter @ManUtd_Es

Con la vuelta de Lisandro Martínez y con Garnacho de titular, Manchester United no pudo con Brentford y empató 1-1 por la Premier League.

En una sucesión cuantiosa e inesperada de ocasiones para el Brentford, estrellado contra los postes y su falta de pegada, el Manchester United sobrevivió a duras penas, incluso creyó en la victoria con el 0-1 de Mason Mount en el minuto 95, entregó dos puntos en el 98 con el 1-1 y dimitió por enésima vez esta campaña de alcanzar alguna de las posiciones de la Liga de Campeones del curso que viene.

La quinta plaza del Tottenham está a ocho puntos y la cuarta del Aston Villa, que sí lo garantiza, a once, con un encuentro más disputado por el conjunto de Birmingham, mientras restan nueve jornadas o 27 puntos por competir para el cierre del campeonato. Quizá no sean por sus rivales directos, sino por el propio rendimiento del United, pero la misión parece imposible. Está al límite el conjunto de Ten Hag. Sigue sexto. Sigue fuera.

Contra las cuerdas todos el encuentro, inexplicablemente imbatido en hora y media de juego, de repente Mason Mount le dio ventaja al United dentro del área. Su definición fue concluyente. Tampoco bastó para ganar. No era justa su victoria. Ni siquiera lo fue realmente haber conseguido un empate. Kristoffer Ajer igualó en el minuto 98.

Una decepción inexcusable para un club de la envergadura del United, más aún con la imagen que transmitió desde el principio hasta el final del encuentro. Fue un equipo menor, completamente inferior. .

Ganadores el Tottenham y el Aston Villa, sus rivales por la lejana Liga de Campeones, no hay ninguna coartada para la puesta en escena del Manchester United, superado desde el primer tiempo por un equipo que compite por la permanencia, que había perdido cinco de sus seis duelos anteriores, con siete derrotas en las nueve citas anteriores, con nada más un punto sumado de los 18 más recientes por los que había competido hasta este sábado.

No lo acusó el Brentford. Atrevido, insistente, ofensivo, con una cantidad de ocasiones que lo hicieron acreedor no sólo de un gol sino de alguno más en toda la primera parte y en la segunda, el equipo local desbordó al United, devorado en cada sector, con balón o sin él, pero se quedó ahí, sin el acierto para tranformar todo lo que generó en lo más real del fútbol, en lo único que de verdad marca la diferencia entre el éxito y el fracaso: los goles.

Si sobrevivió el United fue porque su oponente está donde está porque no tiene tanta pegada como hace un año. Los palos tuvieron su incidencia. El poste, en el minuto 25, en el uno contra uno de Ivan Toney frente a Onana. El larguero, en el 32, para repeler el cabezazo de Mathias Jorgensen, tan solo en el segundo palo que invitaba a una reflexión de Ten Hag y sus futbolistas. El descanso fue un alivio para todos ellos. El 0-0 era la mejor noticia posible.

La charla del vestuario desperezó un rato al United. Su reanudación desprendió otra actitud. El primer tiro de Bruno Fernandes en el minuto 49, el de Diogo Dalot en el 52 y sobre todo la ocasión de Hojlund, despejada de forma milagrosa por el antebrazo del portero Mark Flekken. Unos instantes. Después, el Brentford lo asedió otra vez. Lo hizo sufrir de nuevo.

La respuesta de Onana fue crucial entonces. En el minuto 54. Primero, con la mano derecha, en su estirada a ras de suelo, al tiro de Yarmoliuk. Después, el rechace, a Lewis-Potter. A la hora del choque, el Brentford había propuesto 20 tiros, muchos de ellos más que claros, aunque solo fueran tres entre los tres palos.

Méritos más que suficientes para ir ganando el partido en ese momento. Incluso para la goleada. Pero seguía 0-0.

Mientras lamentó la lesión de Lindelof, reemplazado por Lisandro Martínez (el central argentino reaparecía de una dolencia casi dos meses después) en el minuto 69 -al descanso ya había sido sustituido Raphael Varane-, dispuso de una nueva oportunidad el United, con una rosca de Antony. Otra acción puntual. Otra individualidad.

De inmediato, Onana encajó el 1-0. La bandera levantada del asistente fue otro alivio para el United. Aún más la exhaustiva confirmación del VAR por un fuera de juego milimétrico de Ivan Toney. La prueba de vida del United, sin reacción ni recursos para oponerse a todo lo que sucedía sobre el campo. Mbeumo estrelló otra volea en el larguero.

Lo extraño era el 0-0, inexplicable con los 31 remates que propuso el Brentford. Muy superior. Tan inesperado como lo fue, de pronto, el 0-1 de Mount. Ni siquiera esa fue un impulso para el triunfo del United, empatados dos minutos después para transformar sus aspiraciones de jugar de la Liga de Campeones en una misión ya casi imposible.