El técnico argentino, conocedor de la casa y de la Liga, adquiere valor

Ambos clubes han confiado en Juan Antonio Pizzi y Gabriel Humberto Calderón para reconducir el rumbo de dos conjuntos que marchaban a la deriva.

El 'producto' argentino ha recobrado un valor inusitado en la Liga española a raíz de la espectacular labor de Diego Pablo Simeone en el Atlético de Madrid y de los buenos resultados de Gerardo 'Tata' Martino en el Barcelona.

El club que preside Enrique Cerezo confió en Simeone para hacerse con las riendas de un conjunto necesitado de su empuje para recuperar el terreno perdido en los últimos años.

El 'Cholo' era un hombre muy querido por la afición rojiblanca de su etapa como jugador. Todo un estandarte de una forma de comportarse dentro del campo que caló hondo en las gradas del Vicente Calderón.

Había triunfado como técnico en Argentina. Y en su regreso a España su aportación no ha podido ser más valiosa. El Atlético ahora se codea con los grandes de la Liga y de Europa.

Martino, otra referencia de los entrenadores argentinos, fue la elección del Barcelona para ocupar el banquillo ante la imposibilidad de que continuara Tito Vilanova por su enfermedad.

El 'Tata', conocedor de la Liga española por su paso por el Tenerife, se hizo cargo del acorazado azulgrana y los resultados de momento le acompañan. Consiguió su primer título, la Supercopa, mantiene al Barcelona en el liderato y en Europa también ha llegado a los cuartos de final.

El Valencia, un equipo con el objetivo de entrar en la Liga de Campeones, no logró con el serbio Miroslav Djukic ni acercarse a dichas plazas. El decepcionante inicio significó su destitución y la llegada del hispano-argentino Pizzi al amparo de su recientes éxitos con el Universidad Católica y sobre todo con el San Lorenzo, con el que consiguió el título en el torneo inicial argentino el pasado diciembre.

Exinternacional con la 'Roja' -jugó la Eurocopa 1996 y el Mundial 1998- y futbolista de clubes en España como Tenerife, Valencia, Barcelona y Villarreal, Pizzi conoce a la perfección la Liga, aunque la dejó hace una década. De momento, la reacción auténtica no ha llegado en Mestalla.

Ahora es el Betis el que recurre a un hombre de la casa, muy querido y de grato recuerdo por la afición del Benito Villamarín, Gaby Calderón. Su depurada clase y su técnica aún resuenan en el estadio de Heliópolis.

Fallido el periplo de Juan Carlos Garrido, reemplazo de Pepe Mel que ha durado menos de 50 días, el club que preside Miguel Guillén recurre a Calderón, además muy buen amigo de otro mito como Rafa Gordillo.

Su carrera como entrenador, tras sus primeros pasos en el Caen francés y el Lausana suizo, ha discurrido en la última década en Oriente Próximo, donde se ha ganado el respeto y la confianza en distintos países.

Llevó a la selección de Arabia Saudí al Mundial de Alemania 2006, aunque luego no pudo estar en dicho torneo, luego ha dirigido a las de Omán y Baréin, así como a los clubes saudíes Al Ittihad -con el que fue campeón de Liga en 2009 y finalista de la Copa de Asia- y Al Hilal -campeón de Liga y Copa en 2012-, y el Baniyas emiratí, con el que llegó a la final de Copa.

Calderón como jugador también militó entre otros equipos en Racing, Lanús e Independiente de su país, el París Saint Germain francés y Sion suizo, y formó parte de la selección argentina que ganó el Mundial juvenil de 1979 y participó con la absoluta en los Mundiales de España'82 e Italia'90.

Su contratación ya ha devuelto la ilusión al beticismo, a esa afición que le tiene incluido en el olimpo de los mejores jugadores de las últimas décadas. El objetivo, de partida, es complicado. La salvación, a día de hoy, la tiene a ocho puntos.