Veinte años después Brasil y Portugal disputarán una final con pasado propio

Era domingo, hace veinte años, y 127.000 personas estaban sentadas en el estadio da Luz, en Lisboa. Ahora será en Bogotá, por el Mundial Sub 20 de Colombia 2011.

El jugador de Portugal Caetano celebra su paso a la final. Foto: EFE
El jugador de Portugal Caetano celebra su paso a la final. Foto: EFE

Era domingo, hace veinte años, y 127.000 personas estaban sentadas en el estadio da Luz, en Lisboa. Ahora será en Bogotá, por el Mundial Sub 20 de Colombia 2011.

Portugal y Brasil disputaban la final del Mundial Sub'20 de 1991, que tras un cero a cero se extendió a la definición por penaltis. Ese 30 de junio de 1991 sonrío el local y Brasil, después de disputar tres finales de la categoría, por primera vez recibió una bofetada.

Veinte años después la historia los vuelve a poner de cerca a la Copa. Brasil venció hoy por 2-0 a México y Portugal por 0-2 a Francia, con lo cual se enfrentarán el sábado próximo en Bogotá por la final del Mundial juvenil de Colombia.

Brasil irá por su quinta corona (1983, 1985, 1993, 2003) y de conseguirla le respirará en la nuca al 'rey' de los mundiales sub'20, Argentina, que guarda seis trofeos en la vitrina.

Portugal buscará su tercer título, luego de los obtenidos en 1989 y 1991.

Francia, otra campeona del mundo, jugará contra México el partido por el tercer puesto.

La confirmación del boleto a la final no fue fácil para la Canarinha. México le planteó un partido con filas cerradas y rápido despliegue al contragolpe, la misma fórmula efectiva con la que eliminó a Colombia en cuartos.

Los de Ney Franco taladraron por mitad del campo ante el cierre de la autopistas laterales. Willian y Philippe Coutinho perecieron en el bosque de piernas mexicanas y se fueron en blanco castigados al banquillo.

Lugar donde aguardaba la llave que abriría el cerrojo mexicano: Negueba y Dudu. Su entrada favoreció el cambio del destino del partido.

Pero el héroe de la noche fue Henrique. El punta del Sao Paulo se impuso donde duele, en el área chica, y marcó un doblete que lo catapultó como el máximo goleador del torneo, con cinco goles y tres asistencias, una más que el español Álvaro Vázquez, que se quedó con cinco.

La gracia de Portugal hay que buscarla atrás, no adelante como es la costumbre. Solo ha marcado cinco goles en seis partidos y su delantero Nelson Oliveira es la marca registrada de tres de ellos.

La contracara es la sólida defensa lusitana que tiene como emblema al portero Mika, quien completó 570 minutos imbatible y con la complicidad del reloj y sus compañeros de zaga se acerca al récord que ostenta Brasil con 634 minutos con la portería virgen.

Esa misma muralla impenetrable fue con la que se encontró Francia hoy en el estadio Atanasio Girardot, de Medellín.

Lo intentó Cedric Bakambú, Gilles Sunu y compañía... nada. Los ataques ofensivos sucumbían en remates desviados, rechazados por la defensa comandada por el capitán Nuno Reis o en las manos de Mika.

Ante la ineficacia el seleccionador de Francia, Francis Smerecki, reforzó su tropa desde el banquillo y envió a su amuleto: al delantero Alexandre Lacazette, con cuatro goles como prueba de su poder.

Pero todo fue inútil, era chocar contra una roca. Mika, Reis y retaguardia no permitieron un solo rasguño y mantuvieron la ventaja que Danilo, con un soberbio cabezazo al piso, y Oliveira, de penalti, elevó a Portugal a la instancia final.

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