Mejor un penalti que un córner

Los errores recientes del Valencia le han costado varios goles, al tiempo que su portero ha engordado su leyenda como especialista en detener penas máximas.

El portero brasileño del Valencia, Diego Alves. Foto: EFE
El portero brasileño del Valencia, Diego Alves. Foto: EFE

Los errores recientes del Valencia le han costado varios goles, al tiempo que su portero ha engordado su leyenda como especialista en detener penas máximas.

El Valencia de la actual campaña sufre menos con un penalti en contra que con un córner o una falta cercana su portería, con lo que incumple alguna de las leyes no escritas del fútbol, que sólo contemplan el gol como una adversidad mayor al castigo con una pena máxima.

Los errores recientes del Valencia en las acciones a balón le han costado varios goles, al tiempo que su portero brasileño Diego Alves ha engordado su leyenda como especialista en detener penas máximas que ya inició en su país e hizo crecer en su etapa en el Almería.

El pasado miércoles, en Mestalla, detuvo el lanzamiento del barcelonista Leo Messi, el mejor jugador del Mundo, en una acción en la que intuyó por dónde iba a llegarle el balón y que contribuyó a que su equipo no perdiera el partido, que finalizó con empate a uno.

El brasileño Alves ofrece unas incontestables estadísticas en el lanzamiento de penaltis en España, con once detenidos de los diecinueve que le han chutado, lo que acerca el registro al sesenta por ciento de éxito, una marca poco habitual en el fútbol profesional.

Estas cifras contrastan con los promedios usuales en el lanzamientos de penaltis, ya que, por ejemplo, en las primeras veinte jornadas de la actual edición de la Liga española se han lanzado 53 penas máximas, de las que 44 han acabado en gol, lo que supone un 83 por ciento del total.

Por contra, en las jugadas a balón parado, las faltas y los corners, el Valencia no ha estado fino en los últimos partidos. Ha recibido cinco goles en este tipo de jugadas, el último de ellos ante el Barcelona el pasado miércoles en una acción en la que Carles Puyol remató sin oposición, antes de que Leo Messi dispusiera de dos opciones más en circunstancias parecidas, aunque sin acierto.

A diferencia de los penaltis, donde todo queda en manos del lanzador y del portero, en las acciones a balón parado, las responsabilidades en se comparten entre el portero y sus compañeros y así ocurre en el Valencia.

Esperar menos castigo en un penalti que en un córner en contra demuestra que lo que se considera mejor, bueno, malo o peor en el mundo de fútbol siempre ha tenido excepciones.

Por ejemplo, para la mayoría es preferible que la expulsión se produzca en el equipo rival, jugar como local que como visitante, tener el balón a que lo tenga tu oponente o ganar a empatar y empatar a perder.

Sin embargo, desde que hace más de medio siglo el técnico Helenio Herrera afirmó que era mejor jugar con diez que con once, estas preferencias generalizadas han tenido su excepción.

Algún equipo como el Valencia de la pasada campaña ha sumado más puntos fuera de casa que ante su público. En ciertas ocasiones, algunos equipos han ganado tras entregar el balón al rival y hasta hay entrenadores como Pep Guardiola, que prefieren un empate a una victoria.

Así lo indicó tras igualar en Mestalla a un tanto, en la ida de la semifinal de la Copa del Rey, y compararlo con la victoria obtenida ante el Real Madrid en el Santiago Bernabeu, en cuartos de final.

"Con aquella victoria se podía pensar que ya estaba todo hecho y sufrimos en el encuentro de vuelta. Ahora hay que ganar y habrá más intensidad en la vuelta", indicó.

Nadie ha olvidado en Valencia la eliminatoria perdida con Las Palmas, que entonces jugaba en Segunda División, con Jorge Valdano en el banquillo. El técnico argentino afirmó que aquella iba a ser "una derrota útil". EFE

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