Argentina se sienta en el diván

Desorden y confusión fueron las palabras escogidas por la voz más respetada del vestuario argentino, Javier Mascherano, quien apeló a la autocrítica tras el 2-2 con Paraguay.

Argentina no empezó como esperaba su andar en la Copa América. Foto: EFE
Argentina no empezó como esperaba su andar en la Copa América. Foto: EFE

Desorden y confusión fueron las palabras escogidas por la voz más respetada del vestuario argentino, Javier Mascherano, quien apeló a la autocrítica tras el 2-2 con Paraguay.

El debut de Argetina en la fase de grupos de la Copa América empatando 2-2 con Paraguay luego ir ganando 2-0 provocó una situación de contrastes de personalidades.

A una notable primera parte, con tantos de Sergio 'Kun' Agüero (m.29) y Lionel Messi (penalti, en el 36), se siguió una segunda a la deriva que acabó con el gol en el minuto 90 del argentino naturalizado paraguayo, Lucas Barrios, que puso el 2-2, después de que Nelson Haedo Valdez hubiese recortado en el 60.

El ‘Jefecito' Mascherano, como el resto de los titulares, no se dejó ver esta mañana en los campos de La Alpina de La Serena (noroeste de Chile), donde sí estuvieron los suplentes utilizados en el partido (Carlos Tevez, Gonzalo Higuaín y Lucas Biglia) y el resto de reservas.

Sin embargo, sus palabras pronunciadas el sábado en el estadio La Portada de La Serena aún resuenan entre la hinchada argentina.

"Pasamos de un gran primer tiempo, a una segunda parte preocupante. Estaban todas las condiciones dadas para un gran partido", se lamentó Mascherano.

¿Qué le ocurrió a Argentina?, le preguntaron los periodistas: "La pelota es la que termina ordenando. Y si no tienes el control del partido, terminas desordenándote", respondió el medio del Barcelona.

Y eso ocurrió en el segundo tiempo, primero por mérito del adversario que dirige el argentino Ramón Díaz, que retiró al volante defensivo Richard Ortiz y colocó al incisivo extremo del Basilea suizo Derlis González, y después por los desafortunados movimientos de 'Tata' Martino.

Las entradas en el último cuarto de hora de los delanteros Carlitos Tevez y de Gonzalo Higuaín, como recambios del medio Javier Pastore y del 'Kun' Agüero, respectivamente, terminó por partir aún más a Argentina.

Desde que el guerrillero Nelson Haedo Valdez marcase de potente disparo en el 60, Argentina se diluyó como un azucarillo, sin juego colectivo y apenas encomendada al genio de Messi y al purasangre Ángel di María.

"Nos quedamos muy partidos y perdimos la compostura del primer tiempo", reconoció el autocrítico Martino, sin soluciones eficaces para dormir el partido cuando la albiceleste tenía dos tantos de ventaja.

La excesiva dependencia de Messi en la elaboración y en la ejecución también resultó un escollo a pesar de que 'La Pulga' realizó un notable partido, con un puñado de remates peligrosos, y un gol de penalti que le hizo entrar con buen pie en su tercera Copa América.

En sus diez partidos anteriores (seis en el 2007 y cuatro en el 2011) solo había anotado dos goles, ambos en el 2007. Hoy cuenta con tres en once participaciones y en total con la Albiceleste acumula 46 aciertos en 98 partidos.

A Messi le buscaron sus colegas insistentemente, en detrimento, por ejemplo del creativo del PSG francés Javier Pastore, y cuando el astro del Barcelona empezó a flaquear físicamente la selección no halló alternativas.

"En vestuario había bronca porque no se esperaba terminar así", asumió anoche Messi, en su corta comparecencia en la zona mixta.

Aunque el empate no supone una amenaza real para la clasificación a cuartos -pasan a esta fase entre dos o tres de los cuatro equipos del grupo-, Argentina tendrá un rival peliagudo el 16, la rocosa Uruguay, y cerrará la primera fase ante la física Jamaica, el 20.

Acabar primero, segundo o mejor tercero sí que será importante para tener un cruce, a priori, más benévolo. EFE.
 

Artículos Relacionados

+ Artículos

Lo más leído en la Selección

Lo más leído en futbolargentino.com