Di María mostró sus dotes y guió al PSG a su primer triunfo

El PSG desembolsó 63 millones de euros por Di María y hasta el momento el proyecto que planearon se está viendo reflejado. El volante argentino ante el Malmoe fue la máxima estrella.

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El PSG desembolsó 63 millones de euros por Di María y hasta el momento el proyecto que planearon se está viendo reflejado. El volante argentino ante el Malmoe fue la máxima estrella.

El multimillonario proyecto del PSG tiene como última frontera la Liga de Campeones. Y precisamente para eso, para llegar muy lejos en Europa, el club de la capital francesa desembolsó 63 millones de euros por Ángel Di María, quien ante el Malmoe comenzó a mostrar el porqué de su fichaje.

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Nada más comenzar el encuentro a los cuatro minutos, el argentino se estrenó como goleador con su nueva camiseta con un tanto de marca, galopada por el costado derecho hasta un lateral del área, para acabar clavando el balón con su zurda en la escuadra opuesta.

Al final fueron dos goles, pero lo cierto es que pudieron ser unos cuantos más. Al situar la defensa casi en la línea del centro del campo, el Malmoe regaló espacios para que Di María mostrara sus dotes una y otra vez por la derecha, unas veces acabando él mismo la jugada y otras sirviendo bandejas de gol a sus compañeros.

Mientras en su portería, otro fichaje con el que el PSG pretende dar ese salto de calidad, el alemán Kevin Trapp, vivió una noche de placidez apenas inquietado por los suecos, que saben tratar el balón pero son excesivamente tiernos con él.

El partido tuvo un especial significado para Ibrahimovic, que se enfrentaba al equipo donde dio sus primeros pasos como profesional del fútbol. El tempranero gol de Di María restó mucha emoción al resultado del partido, que nunca dio la impresión de poder ser otro que la victoria local.

Verratti se hartó de repartir balones a las espaldas de los laterales, y en otro de ellos Di María envió su disparo ligeramente desviado cuando buscaba de nuevo las telarañas.

La segunda mitad se abrió con una nueva diagonal de Di María que Cavani no supo convertir, pero no iba a fallar un cuarto de hora más tarde, al remachar de cabeza dentro del área un centro de Maxwell que Ibrahimovic desvió con inteligencia para superar a los defensas.

Por suerte para el Malmoe, su portero Wiland tuvo un día inspirado y salvó goles cantados. Así sucedió en los minutos 64 y 68, en pleno vendaval parisino, cuando el guardameta detuvo respectivamente un tiro de Cavani y un gran cabezazo botado por el astro Di María.

Momento para la ovación del público a Di María al ser sustituido y para que Ibrahimovic también pudiera despedirse de los 2.000 suecos que lo aplaudieron al salir para que entrara Pastore.

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