La 'Barbie', admirador a muerte de Maradona, llora al colgar los guantes

El fútbol hondureño ha comenzado a echar de menos a 'Barbie', un portero argentino "fanático y admirador hasta la muerte" de su compatriota Diego Maradona

Diego Vásquez, conocido como 'Barbie', un argentino "fanático y admirador hasta la muerte" de su compatriota Diego Maradona. Foto: EFE
Diego Vásquez, conocido como 'Barbie', un argentino "fanático y admirador hasta la muerte" de su compatriota Diego Maradona. Foto: EFE

El fútbol hondureño ha comenzado a echar de menos a 'Barbie', un portero argentino "fanático y admirador hasta la muerte" de su compatriota Diego Maradona

El fútbol hondureño ha comenzado a echar de menos a 'Barbie', un portero argentino "fanático y admirador hasta la muerte" de su compatriota Diego Maradona que el sábado pasado lloró al abandonar el fútbol profesional.

Su despedida fue en Santa Rosa de Copán, en la decimoctava jornada del torneo Apertura.

Abandonó la portería del Deportes Savio al minuto 20 del partido contra el Motagua, equipo en el que debutó en Honduras en 1997.

"Han sido lágrimas encontradas de emoción por el aprecio de la afición y por el retiro del fútbol profesional, del que me he retirado a la edad que siempre quise: a los 40 años", relató Vásquez en entrevista telefónica con Efe.

Vásquez es uno de los mejores porteros extranjeros que ha jugado en Honduras en las últimas tres décadas, al extremo que por su calidad el Motagua le propuso que se nacionalizara hondureño, a lo que accedió.

"Soy argentino de nacimiento y hondureño de corazón", expresó Vásquez, quien el mismo día que debutó con el Motagua, una semana después de haber llegado a Tegucigalpa el 14 de agosto de 1997, le paró dos penaltis al Vida. Nadie fue mejor que él ese día.

Vásquez, quien en Honduras jugó siete temporadas para el Motagua, con el que ganó cinco títulos, también lo hizo para Marathón, Universidad, Valencia, Vida, Victoria y Deportes Savio.

En el 2005 jugó unos tres meses en el Suchitepéquez guatemalteco.

Diego, quien de la comida hondureña prefiere la sopa de caracol y la marinera, piensa a mediano plazo seguir ligado al fútbol pero como entrenador, para lo que viajaría a estudiar dentro de seis meses o un año a su natal Argentina.

Después le gustaría dirigir en el fútbol hondureño, al que dijo que aprendió a querer por el trato que le han dispensado diversos sectores de Honduras, en especial los aficionados de los equipos en los que ha jugado.

"En el fútbol hay algo que no se compra con nada, eso es estar en la cancha, lo más lindo del fútbol es jugar, se disfruta más que estar como técnico o en otro cargo", enfatizó Vásquez, quien nació en Mendoza el 3 de julio de 1971.

Hijo de Francisco Fabián Vásquez (ya fallecido) y Mirtha Castro, Diego es el tercero de cuatro hermanos, dos hombres y dos mujeres.

El veterano portero, que en Honduras solo lamenta no haber integrado la selección del país centroamericano, indicó que en su país jugó todas las ligas inferiores de los 12 a los 16 años, y que debutó como arquero el 28 de octubre de 1987 con el San Martín Mendoza.

Casado con Hebe Carolina de la Iglesia, con quien tiene tres hijos, uno nacido en Argentina, hace ocho años, y dos en Honduras, de cuatro y dos años, Diego ha alternado su carrera de futbolista con el comercio a través de la importación de productos argentinos, entre ellos vinos, en sociedad con una modesta bodega.

Uno de los vinos es de la Finca Don Vásquez, nombre en honor a su padre, dijo Diego, quien en Honduras recién ha participado en el concurso televisivo "Bailando por un sueño", en el que evidenció que el baile no es su fuerte.

En su opinión, los dos mejores entrenadores de Honduras son José de la Paz Herrera, quien estudió en Argentina y clasificó al país centroamericano al Mundial de España'82, y Ramón Enrique Maradiaga.

Vásquez tuvo a Maradiaga como técnico en el Motagua y a Herrera en el Marathón.

El día que Vásquez debutó con el Motagua y le paró dos penaltis al Vida, de la cancha también salió con un sobrenombre: "La Barbie", por su larga cabellera hecha una cola.

El apodo se lo puso el periodista deportivo Marvin Cabrera, a quien hasta hace poco tiempo conoció en persona.

"Al principio no me gustaba que me dijeran Barbie, pero después lo tomé con agrado porque así me saludaba mucha gente", recordó Vásquez, para quien su tango favorito es uno de Reinaldo Yiso: "El sueño del Pibe".

El pibe del sueño del tango de Yiso, dormido se miraba en el final de un partido que estaba empatado a cero en el último minuto, pero él "tomó la pelota sereno en su acción, gambeteando a todos enfrentó al arquero y con fuerte tiro quebró el marcador".

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